sábado, 17 de diciembre de 2016

DEBERES VACACIONES 2016-17



Deberes Vacaciones  

1.      Lee los textos y responde las cuestiones:







Fuente 1.  Cádiz 19 de septiembre de 1868.  Generales Topete, Prim, Serrano y Dulce





      ¡Españoles!: la ciudad de Cádiz, puesta en armas toda su provincia (...), declara solemnemente que niega su obediencia al Gobierno que reside en Madrid, y resuelta a no deponer las armas hasta que la nación recobre su soberanía, manifieste su voluntad y se cumpla. ¿Habrá algún español tan ajeno a la desventura de su país que nos pregunte las causas de tan grave acontecimiento?
      Pisoteada la ley fundamental, corrompido el sufragio, muerto el municipio, tiranizada la enseñanza, muda la prensa... ¡Españoles!, ¿quién la aborrece tanto que se atreva a exclamar “Así ha de ser siempre”?
      Queremos que un Gobierno Provisional que represente todas las fuerzas vivas de su país asegure el orden en tanto que el Sufragio Universal eche los cimientos de nuestra regeneración social y política.
      Contamos para realizarlo (...) con el concurso de todos los liberales, con el apoyo de las clases acomodadas, con el pueblo todo...
            ¡Viva España con Honra!


Fuente 2. Josep Fontana (1973), Cambio económico y actitudes políticas en la España del siglo XIX, Barcelona, pp 139-140


“Las fuerzas victoriosas en la revolución de 1868 no pretendían gran cosa más que la obtención del poder y la realización de pequeñas medidas de reforma política y económica. No tenían interés alguno en subvertir la sociedad y no participaban en absoluto de las preocupaciones de los grupos políticos más avanzados que se interesaban por la situación de la clase obrera y planteaban problemas como el derecho al trabajo. Antes de lanzarse a la aventura en septiembre de 1868, habían adoptado las precauciones necesarias para ahogar cualquier intento de propagación del incendio revolucionario. La forma en que llevaron a cabo la rápida reorganización de la máquina del estado, cortando de raíz la actuación de las juntas revolucionarias, delata un plan muy pensado y ejecutado con gran eficacia por un político hábil –y estrechamente ligado al capitalismo español- como era Sagasta.(…).
        Al fin y al cabo, revolucionarios de 1868 y restauradores de 1874 (ni muy revolucionarios los unos, ni muy restauradores los otros) se sentaban juntos en los consejos de administración de las mismas compañías y tenían unos intereses comunes.”



a.    Describe el tipo de fuentes utilizadas

b.    Identifica y explica las ideas principales de los textos, situándolos en su contexto histórico (cuándo y dónde) y señalando a qué núcleo temático pertenecen.


c.       Explica la evolución política y las principales etapas del Sexenio democrático haciendo hincapié en los principales conflictos y problemas que provocaron la gran inestabilidad de este periodo.


2.    Compara los aspectos esenciales de las Constituciones del siglo XIX (completando este cuadro)


Carácter ideológico


Sujeto de Soberanía

Relación entre poderes

Tipo de Sufragio

Relación con la Iglesia

Derechos y libertades

Otros aspectos importantes

martes, 8 de noviembre de 2016

ACTIVIDADES DE BALANCE Noviembre 2016


ACTIVIDADES DE BALANCE


  1. Define y explica en su contexto (5-10 líneas) los siguientes términos.

- Partido Demócrata - Estatuto Real

- Concordato Santa Sede - Carlismo



  1. Compara los aspectos esenciales de las Constituciones de 1812 y 1837.


Sujeto de Soberanía
Carácter ideológico
Relación entre poderes
Tipo de sufragio
Relación con Iglesia
Declaración derechos
Otras cuestiones














































  1. Lee con atención el siguiente texto. Manifiesto de Manzanares (1854)
“Nosotros queremos la conservación del Trono, pero sin la camarilla que le deshonra; queremos la práctica rigurosa de las leyes fundamentales, mejorándolas, sobre todo la Electoral y la de Imprenta; queremos la rebaja de los impuestos, fundada en una estricta economía; queremos que se respeten en los empleos militares y civiles la antigüedad y los merecimientos; queremos arrancar los pueblos a la centralización que los devora, dándoles la independencia local necesaria para que conserven y aumenten sus intereses propios, y como garantía de todo esto, queremos plantearnos la Milicia Nacional”. Cuartel general de Manzanares, a 6 de julio de 1854. El general en jefe del Ejército constitucional, Leopoldo O' Donnell, conde de Lucena
  1. Descripción de la fuente
  2. Ideas del texto
  3. ¿Por qué los progresistas tienen que acudir a los militares para hacerse con el gobierno? Según el texto, ¿cuáles son los principios ideológicos del partido progresista en contraposición a los de los moderados? ¿Cuáles eran las bases sociales del partido progresista? ¿Qué ocurrió después del Manifiesto de Manzanares y qué tipo de medidas legislativas se promulgaron

  1. Desarrolla una de las dos cuestiones

  1. La división de los liberales

  1. La desamortización de Mendizábal.



El trabajo se entregará escrito a mano el 15 de Noviembre.

domingo, 22 de mayo de 2016

EL LIBERALISMO



EL LIBERALISMO (IDEARIO Y CORRIENTES) Y LA OPOSICIÓN AL MISMO


            El liberalismo es una corriente de pensamiento político, económico y social que  aboga  por el desarrollo de las libertades individuales, el progreso de la sociedad, y el establecimiento de un Estado en el que todos los seres humanos estén sometidos a las mismas  leyes.
             El liberalismo aspira a la eliminación de las características propias del Antiguo Régimen, a la vez que pretende construir otra sociedad basada en los principios liberales.
            En lo político, la Constitución se erige como la norma reguladora de la vida pública. Se rechaza la monarquía absoluta y se apuesta por la monarquía constitucional. Se eliminan los privilegios de la nobleza y el clero, así como el régimen señorial. Se proclaman los derechos del individuo y la soberanía nacional, se establece la división de poderes y el sufragio universal (masculino). Se formula la nación como conjunto de los españoles, con igualdad de derechos políticos y como depositaria de la soberanía nacional. El liberalismo aboga por un Estado unitario y centralizado.
            En lo económico, defiende la propiedad privada libre y plena, se rechazan los bienes vinculados (mayorazgos) y los comunales, se aspira a la libertad de comercio e industria, a la libertad de contratación de los trabajadores y a la fiscalidad común. No se rechaza la religión, pero se tiende a limitar el poder económico de la Iglesia y aflora el anticlericalismo.
            En 1808 estalló en España la Guerra de la Independencia contra el ejército francés de Napoleón Bonaparte. Esta guerra permitió iniciar el primer proceso constitucional de la historia de España. La obra más importante de las Cortes de Cádiz fue la Constitución de 1812, que establecía por primera vez en España una monarquía constitucional. Se abolieron los derechos feudales, la Inquisición, la Mesta, la tortura; se promulgó la libertad de prensa, la libertad de trabajo, se suprimieron las pruebas de nobleza y de limpieza de sangre. Se estableció la Milicia Nacional, fuerza de civiles armados para defender el nuevo orden constitucional. También se inició una primera desamortización de los bienes del clero; y  se transformó en  propiedad privada los bienes de propios, realengos y baldíos de propiedad municipal.
            En las Cortes de Cádiz se impuso la ideología liberal, cuyos rasgos pueden resumirse en el rechazo de las formas absolutas de poder; el traspaso de la soberanía del rey a la nación y la defensa de las libertades individuales y el derecho de propiedad privada.
            Sin embargo, las reformas recogidas en esa Constitución tuvieron escasa vigencia, pues Fernando VII abolió la obra legislativa de 1812 en mayo de 1814 al volver a España. Inició una dura represión contra los liberales y obligó a muchos de ellos a exiliarse, y restauró el Antiguo Régimen. Los pronunciamientos militares durante los seis primeros años del reinado de Fernando VII (1814-1820) fueron frecuentes para reponer el sistema constitucional. Uno de esos pronunciamientos, el de Rafael Riego en enero de 1820, dio paso a una nueva etapa, el Trienio liberal. El rey tuvo que acatar la Constitución de 1812. Pero dos problemas dificultaron la labor de los gobiernos liberales: por una parte, la actitud reaccionaria del propio monarca, y por otra parte, la división del grupo liberal en dos facciones, la moderada,  partidarios de entenderse con el rey, sufragio censitario, defensa de la propiedad y el orden,  y la exaltada o radical,  que pedía soluciones más radicales como el sufragio universal, la libertad de opinión, el control parlamentario del gobierno y la aplicación avanzada de la Constitución.  Nacía el germen de los partidos políticos que, junto a las Sociedades Patrióticas, centros de reunión y de discusión política, preparaban el clima de lucha ideológica del siglo XIX.

             Con la muerte de Fernando VII en 1833 comienza la decisiva transformación de la sociedad española con la implantación del Estado liberal.
            La ley de la Pragmática Sanción impuesta por el monarca en contra de los partidarios de su hermano, Carlos Mª Isidro, posibilita la subida  al trono de Isabel II. Desde ese momento España se divide en dos grandes grupos: los partidarios de Isabel y su madre, la regente Mª Cristina, (llamados cristinos o isabelinos), representantes del liberalismo,  y los que apoyan a Carlos Mª Isidro (los carlistas), defensores del absolutismo y de los privilegios.  El carlismo se caracteriza por su antiliberalismo, niega la soberanía nacional y defiende el sistema foral frente a la centralización liberal. Los carlistas encontraron apoyo en el medio rural, donde las masas campesinas fueron el principal apoyo social; se oponían a los cambios que el liberalismo introducía, sobre todo en la propiedad colectiva. También encontró apoyo en los artesanos, la pequeña nobleza, parte de la jerarquía eclesiástica y del bajo clero. Desde el punto de vista geográfico, el carlismo se extendió por Vascongadas, Navarra, Cataluña, Aragón, Valencia, Galicia y Castilla la Vieja.
            La Primera guerra carlista (1833-40) concluyó  con el triunfo de los partidarios de Isabel II, lo que no evitó, sin embargo,  la  división de  los liberales durante su reinado:  liberales moderados, que aceptaban la soberanía compartida entre la Corona y las Cortes y sufragio censitario muy restringido, liberales  progresistas que rechazaban la intervención de la Corona, defendían que la soberanía debía residir sólo en las Cortes, proponían un sufragio  más amplio, y garantizaban las libertades individuales, y liberales radicales que defendían la soberanía nacional plena, la ampliación sustancial del sufragio, y abogaban por la participación popular en el gobierno local y provincial y cuyo referente era la Constitución de 1812.
            (Explicar la labor legislativa de la Regencia de Mª Cristina, de la Década Moderada y del Bienio). Para concluir el tema, leed la conclusión final.
En conclusión, en el tercio central del siglo XIX (1833-1874) se produjo en España la construcción del Estado liberal. El triunfo del liberalismo  sería fruto de un compromiso entre las nuevas élites burguesas y las viejas élites políticas del Antiguo Régimen por lo que a lo largo del siglo XIX, el liberalismo español se mostró incapaz de establecer un Estado liberal sólido. La ruptura del liberalismo en dos tendencias o partidos irreconciliables, moderados y progresistas, que se disputaron el poder entre 1834 y 1874, no por medio de las urnas sino mediante el recurso a la fuerza, el pronunciamiento militar y la revolución popular, impidió la creación de un sistema político estable.